Ni izquierda, ni derecha, ni centro.

El mundo necesita más que derecha o izquierda. No debían ser lados o extremos sino puntos cardinales, derecha e izquierda es poco, es casi que una opción única, porque la propiedad social no existe. Izquierda y derecha es una visión en blanco y negro de la sociedad, porque del centro todos se ríen, no es ni siquiera gris. Cuando las cosas se analizan con tan pocos matices los resultados no son los mejores. La humanidad necesita más que eso, no sé si se lo merece pero necesita norte, sur, este y oeste y todos los grados intermedios y circundantes, necesita toda la esfera, 360 grados tridimensionales de pensamiento, que el cerebro es infinito y solamente lo usamos para comer e ir al baño la mayor parte del tiempo.

  

 Hace mucho tiempo que se está discutiendo el problema de que si la solución es la propiedad privada o la social y como dije antes, eso es una ilusión porque, lo reitero, la propiedad social no existe, porque cuando es de todos entonces es de nadie o es del gobierno que para el caso es lo mismo, los gobiernos no son más que seres humanos que tienen la oportunidad de enriquecerse con el trabajo ajeno si las leyes, las instituciones, no son lo suficientemente fuertes y capaces de controlar la corrupción inherente al ser humano, porque el ser humano es individualista en esencia y hambriento por naturaleza, por lo tanto, el socialismo no es más que una mentira. Los gobiernos son, desde los más democráticos a los más despóticos, nidos de ratas corruptas sin escrúpulos con ganas de hacerse millonarias, porque no nos llamemos a engaño, primero, somos seres sociales pero entes individuales y lo que es de uno no es de otro ni lo que se come uno lo aprovecha otro, y segundo, por la misma razón, todos, dada la oportunidad, nos llenaremos el estómago o el bolsillo que para el caso es lo mismo.

  

 Entonces, la única solución viable es diluir el poder, empequeñecerlo, controlarlo con el mismo poder, la solución no puede ser darle más prebendas al gobierno, más capacidad de meter sus garras en los bolsillos de los ciudadanos comunes, la solución es precisamente lo contrario hasta que aparezca algo mejor. Se debe controlar cada vez más al gobierno, reducirlo a su mínima expresión funcional, porque de otra manera, el individuo se anula y se convierte en un parásito del gobierno que es en esencia improductivo, ladrón, vampiro que deja exánimes a las verdaderas fuerzas productivas.