Palacio de Valle, Cienfuegos, Cuba, grafito sobre papel, 18'' x 24'', 2013. MVA© (Este dibujo un amigo me pidió que se lo hiciera y le hice esta foto cuando todavía no lo había terminado para mostrárselo y ver si le gustaba. Hoy está enmarcado y colgado en la sala de la casa de mi amigo) |
Hubo un tiempo en el que todo me parecía gris
y sin mucho sentido. La rutina de hacer siempre lo mismo sin parar de envejecer
se convirtieron en un fardo pesado pero entonces recordé un viejo pasatiempo
que siempre me dio satisfacción: el dibujo, la pintura.
Me fui a la tienda más cercana de pinturas, pinceles
y cosas similares y escogí un lienzo, un juego de pinceles y tubitos de pintura.
Escogí las pinturas de óleo porque nunca las había usado, siempre había usado
las acuarelas, temperas y a veces acrílicos pero nunca había tenido la oportunidad de
usar óleo y ahora los tenía delante. Regresé con mi tesoro a la casa, me
preparé un buen café con leche y me dispuse a pintar.
La tinta se pegaba al lienzo y endurecía el
pincel. Busqué en internet algunas respuestas, tampoco muchas, no quería
convertir una diversión en un trabajo. Descubrí que tenía que usar aceites,
barnices, aprendí algunas cosas que no sabía y mejoré otras que ya conocía para
en un final, hacer lo que me hacía sentir mejor, lo que me parecía más cómodo,
en fin, lo que me daba la gana.
Ahora cuando me siento un poco abrumado puedo
escaparme a un lienzo o un papel, como hacía cuando era más joven por puro
gusto. Uso cualquier tinta y a veces pinto lo que se me ocurre o a veces dibujo
cosas que me gustan y luego las coloreo y me siento bien y entonces los
problemas siguen allí pero tengo la mente más ligera y dejan de parecerme tan
grandes y pesados. Mancho el lienzo con los colores que me gustan, sin
importarme mucho el resultado final porque al final es para mi propio gusto. No
tengo que cuidar un estilo ni demostrar lo que conozco sobre técnicas y
composición, ni siquiera las cosas que se me ocurren y me parecen originales
pero no me llenan tanto como otras más convencionales, es por pura diversión.
Pintar no es lo único que hago y todos esos
pasatiempos son una parte importante de la vida. Mantienen mi mente activa en
temas diferentes a mi profesión, aprendiendo cosas nuevas y ayudándome a ver la vida en su
justa medida, devolviéndole el color.
No comments:
Post a Comment