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| Matanzas y su hermosa bahía, o lo que queda de ellas. |
El Pedraplén es un engendro macabro de
ingeniería o pseudoingeniería salido de la mente torcida de Fidel Castro,
única persona en Cuba capaz de imaginar una estupidez semejante y llevarla a
cabo.
Un pedraplén es una franja de piedras vertidas
en el mar, apisonadas, asfaltadas y convertidas en carreteras entre cayos y pueblitos costeros para que 4 turistas y algunos generalotes puedan pasearse de una playa
a la otra con rapidez y mirando el mar, pero los kilómetros de arrecifes, de
corales destrozados, aniquilados, los cambios de corrientes marinas, la
destrucción de hábitats, de plantas marinas, de moluscos, crustáceos, peces, no les
importa, ni siquiera les importa que estos cambios son irreversibles.
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| Un destructivo pedraplén extendiéndose al horizonte |
Probablemente el pedraplén que más ha molestado
o cambiado de una manera ostensible las cosas ha sido el de la bahía de
Matanzas a pesar de no ser largo. Lo construyeron en los años noventa, cuando el hambre y la escasés más azotaban a los cubanos, con la idea de
que los pocos turistas y los más escasos nacionales privilegiados que viajaban a Varadero
desde La Habana, no tuviesen que pasar por el interior de la ciudad de Matanzas
y pudieran acortar su viaje por unos minutos.
El desastroso camino no sólo acabó con
la flora y la fauna marina local, también alteró las corrientes, el flujo y el reflujo y obstruyó desagües de la ciudad lo que generó serios problemas
sanitarios que no pudieron solucionar las autoridades ni les dieron mucha
importancia, porque al fin y al cabo, no eran ellos los afectados. Y por último
y no menos importante, el pedraplén afeó la hermosa bahía, su malecón y acabó
con su playa.
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