En Perú, Pedro Castillo, un presidente de extrema izquierda
trató de cerrar el congreso de manera ilegal, un congreso también de izquierdas.
Por esta violación de la ley, Castillo fue depuesto de la presidencia y detenido,
asumiendo el puesto la vicepresidente, Dina Boluarte, una militante de
extrema izquierda al igual que su predecesor y, sin embargo, por algún motivo
desconocido, la culpa la tiene la derecha.
Ahora hay protestas, algunas pacíficas y otras violentas, llegando los manifestantes a cometer actos terroristas, como amenazar a los dueños de negocios con destruir sus propiedades o incluso matarles si trabajan, cerrar carreteras, impedir la actuación de los servicios de salud o tomar aeropuertos, sin embargo la ONU dice que el gobierno viola los derechos humanos de los manifestantes cuando trata de controlar el desmadre, (por cierto, cuando protestan los venezolanos o los cubanos para la ONU y la prensa el gobierno es bueno y el pueblo es malo). Quienes protestan en el Perú quieren que se libere a Castillo, el izquierdista violador de la ley, también quieren que se cambie la constitución, para que el izquierdista pueda perpetuarse en el poder indefinidamente y Perú se convierta en Venezuela y, sin embargo, cuando se ven las noticias de alguna manera la culpa es de la derecha, de los trabajadores que no quieren apoyar a los manifestantes, mientras que los terroristas de extrema izquierda son los buenos de la película y tienen la razón.
La prensa mundial está cada vez más polarizada, favoreciendo a la extrema izquierda y al fracasado socialismo, con el único objetivo de ganar dinero y olvidando su labor social de educar e informar de manera imparcial. Como ejemplo les dejo un enlace al periódico español "El País".
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