Saturday, October 31, 2020

Sobre Carlos Alberto Montaner y su activismo socialista

 

Recientemente Carlos Alberto Montaner aparece en un comercial defendiendo lo indefendible, tratando de justificar y limpiar la imagen socialista de Joseph Biden y sobre todo de su elegida para la vicepresidencia, Kamala Harris.

A personajes como Carlos Alberto Montaner los “cubanos de Cuba” los descubrimos al salir de la isla; a Celia Cruz, por ejemplo, muchos de los nacidos después de 1959 la conocíamos por referencias y por alguna que otra grabación clandestina, pero no sabíamos mucho más de ella, así que se imaginarán ¡qué íbamos a conocer a un Montaner ni a nadie parecido!

Cuando a principios del corriente siglo, ya encontrándome fuera de Cuba, leí dos o tres cosas escritas por Montaner o le escuché en alguna entrevista, no me impresionó positivamente:

Me pareció un intelectual desconectado de la realidad cubana, desconocedor de la evolución o, mejor dicho, involución que había sufrido la isla que dejó atrás a principio de los años sesenta del siglo pasado, y pensé entonces que su “desenchuche” se debía al exilio, a la lejanía y a la naturaleza hermética de la dictadura castrista. Llegué a la conclusión de que con el tiempo me pasaría lo mismo, pero comencé a darme cuenta de que otros intelectuales exiliados, a pesar de la lejanía y la férrea censura socialista, seguían orientados, informados y generando opiniones y conclusiones lógicas basadas en informaciones correctas.

Ahora Montaner sale diciendo que Biden no es socialista y ya entiendo la razón por la que decía lo que decía y me daba la impresión de que hablaba de una Cuba paralela que habitaba en su mente. El problema es que no puede generar un análisis real y lógico de la situación, o peor, no quiere… ¿quizás por intereses mezquinos o por tonto útil?, no lo sé.

En parte estoy de acuerdo con él, Biden no es socialista, ningún líder político socialista es realmente socialista, esa condición se reserva para la masa proletaria o desempleada, por fuerza o por acomodo, y para los tontos útiles de clase media, pero el ser socialista no es condición real de millonarios, políticos, líderes sindicaleros, terroristas o agitadores, todos estos son mentirosos, corruptos, hipócritas, demagogos, avariciosos, tramposos, mafiosos, asesinos y un largo y negativo etcétera, pero nunca socialistas de corazón sino de cerebro.

Muchos se hacen socialistas por conveniencia, porque el socialismo es el único sistema que les permitirá robar y esclavizar al pueblo sin consecuencias y muchos ocultan su tendencia socialista por el mismo motivo, conveniencia, para que los ilusos votantes crean que votan por democracia, empleos, libertad de expresión, de asociación y de mercado en lugar de votar por el socialismo y la pobreza y la esclavitud intrínseca que cualquier socialismo implica.

En el mundo moderno la lucha armada se hace muy difícil, y transformar una potencia como los Estados Unidos requiere mucho esfuerzo y perseverancia clandestinos, no lo harán de un día para otro que ni en Cuba pudo Castro declarar su "carácter socialista" hasta tres años después de haber tomado el poder por la fuerza; cambiarán el sistema poco a poco, con una medida por aquí como el "Obama Care" y la obligación de pagar una multa al gobierno si no se pagaba un seguro médico (que por suerte Trump ha eliminado esa obligación) y otra medida por allá, como la de bloquear la capacidad de los Estados Unidos de convertirse en el primer productor mundial de petróleo e independizarse desde el punto de vista energético, algo logrado por Trump.

Por lo tanto, sí, Biden no es socialista, pero no por las razones de Montaner, y Montaner es un personaje desconectado de la realidad de Cuba y de los Estados Unidos y conectado con el dinero que viene de hablar tonterías socialistas y defender ideologías ajenas e intereses oscuros.

MVA

 

 

 

 

 

 

Tuesday, October 6, 2020

Sobre la película "El hoyo" y su reciente elección para competir por el Óscar

 

La película española “El hoyo” (“The platform” en inglés) es una de las escogidas por la academia cinematográfica de España para competir por el premio Óscar a mejor película extranjera.

Una película política, de tema social en un mundo distópico, gris y con una ética muy cuestionable.

La película es, a los ojos de un espectador no europeo o no ultraintelectualizado, aburrida, lenta, con algunos intentos de suspenso que no maduran y atisbos de acción que no emocionan.

Por algún motivo no muy claro, un hombre decide entrar voluntariamente a un experimento o juego en una cárcel, donde las personas son ubicadas, por parejas aleatorias, en diferentes niveles de un edificio sin ventanas y con un hoyo central por donde baja una plataforma llena de comida. Las personas en cada nivel tienen un tiempo limitado para comer y no pueden quedarse con comida una vez que la plataforma ha descendido. Las personas son movidas a diferentes niveles cada cierto tiempo y de forma arbitraria.

El hombre decide rebelarse contra el sistema y logra reclutar a otro para que lo ayude a, montados en la plataforma, evitar que los de niveles superiores coman mucho de manera que llegue algo de comida a los niveles inferiores.

En el último nivel encuentran a una niña que probablemente había nacido en el hoyo y estaba perdida, pero la plataforma sigue bajando, ahora por un espacio oscuro y vasto, solamente iluminada desde arriba por la luz proveniente del hoyo, hasta que se para en la nada negra y el hombre se va caminando y desaparece en las sombras.

La película intenta ser una metáfora a favor del socialismo, romper una lanza por la redistribución igualitaria de las riquezas, que casi puede convencer al espectador poco interesado en estudios de filosofía y economía, pero no lo consigue porque la vida es acción y lucha constante y no prospera sin competencia, y el socialismo es inhumano. El final es lo peor de la película, (perdonen por aguarles la fiesta), el final no solo es tan o más aburrido que la película misma, sino que es ilógico. No pueden hacerlo entretenido y lógico porque representaría entonces todo lo contrario a lo que quisieron hacernos creer.

La película, probablemente sea nominada o incluso gane el Óscar a mejor película extranjera si quienes otorgan dichos premios, se basan puramente en el tema político de extrema izquierda que, actualmente, infecta al mundo y desde hace mucho a Hollywood y a Europa, pero es tan aburrida y con un final tan insulso que tendrían que ser las otras películas en competencia muy malas.

Esta película es tan mala o peor que “Roma”, si es que alguien se acuerda de ese engendro que ganó varios premios Óscar por puro activismo político. (Enlaces a la página de Facebook donde comentamos sobre "Roma").

Le auguro un buen futuro a “El hoyo”.

Las figuras públicas socialistoides y los impuestos

 Shakira, otra cara dura izquierdosa que engrosa las filas de esa maza de figuras públicas socialistoides que se llenan la boca con palabras...