Recientemente Carlos Alberto Montaner aparece en un comercial defendiendo lo indefendible, tratando de justificar y limpiar la imagen socialista de Joseph Biden y sobre todo de su elegida para la vicepresidencia, Kamala Harris.
A personajes como Carlos Alberto Montaner los “cubanos
de Cuba” los descubrimos al salir de la isla; a Celia Cruz, por ejemplo, muchos
de los nacidos después de 1959 la conocíamos por referencias y por alguna que
otra grabación clandestina, pero no sabíamos mucho más de ella, así que se imaginarán
¡qué íbamos a conocer a un Montaner ni a nadie parecido!
Cuando a principios del corriente siglo, ya encontrándome
fuera de Cuba, leí dos o tres cosas escritas por Montaner o le escuché en alguna entrevista, no me impresionó
positivamente:
Me pareció un intelectual desconectado de la
realidad cubana, desconocedor de la evolución o, mejor dicho, involución que
había sufrido la isla que dejó atrás a principio de los años sesenta del siglo
pasado, y pensé entonces que su “desenchuche” se debía al exilio, a la lejanía
y a la naturaleza hermética de la dictadura castrista. Llegué a la conclusión de
que con el tiempo me pasaría lo mismo, pero comencé a darme cuenta de que otros
intelectuales exiliados, a pesar de la lejanía y la férrea censura socialista,
seguían orientados, informados y generando opiniones y conclusiones lógicas basadas
en informaciones correctas.
Ahora Montaner sale diciendo que Biden no es
socialista y ya entiendo la razón por la que decía lo que decía y me daba la
impresión de que hablaba de una Cuba paralela que habitaba en su mente. El
problema es que no puede generar un análisis real y lógico de la situación, o
peor, no quiere… ¿quizás por intereses mezquinos o por tonto útil?, no lo sé.
En parte estoy de acuerdo con él, Biden no es
socialista, ningún líder político socialista es realmente socialista, esa
condición se reserva para la masa proletaria o desempleada, por fuerza o por
acomodo, y para los tontos útiles de clase media, pero el ser socialista no es
condición real de millonarios, políticos, líderes sindicaleros, terroristas o
agitadores, todos estos son mentirosos, corruptos, hipócritas, demagogos,
avariciosos, tramposos, mafiosos, asesinos y un largo y negativo etcétera, pero
nunca socialistas de corazón sino de cerebro.
Muchos se hacen socialistas por conveniencia,
porque el socialismo es el único sistema que les permitirá robar y esclavizar al
pueblo sin consecuencias y muchos ocultan su tendencia socialista por el mismo
motivo, conveniencia, para que los ilusos votantes crean que votan por
democracia, empleos, libertad de expresión, de asociación y de mercado en lugar
de votar por el socialismo y la pobreza y la esclavitud intrínseca que
cualquier socialismo implica.
En el mundo moderno la lucha armada se hace muy difícil, y transformar una potencia como los Estados Unidos requiere mucho esfuerzo y perseverancia clandestinos, no lo harán de un día para otro que ni en Cuba pudo Castro declarar su "carácter socialista" hasta tres años después de haber tomado el poder por la fuerza; cambiarán el sistema poco a poco, con una medida por aquí como el "Obama Care" y la obligación de pagar una multa al gobierno si no se pagaba un seguro médico (que por suerte Trump ha eliminado esa obligación) y otra medida por allá, como la de bloquear la capacidad de los Estados Unidos de convertirse en el primer productor mundial de petróleo e independizarse desde el punto de vista energético, algo logrado por Trump.
Por lo tanto, sí, Biden no es socialista, pero no
por las razones de Montaner, y Montaner es un personaje desconectado de la
realidad de Cuba y de los Estados Unidos y conectado con el dinero que viene de
hablar tonterías socialistas y defender ideologías ajenas e intereses oscuros.
MVA
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