Los criterios,
teorías y guías terapéuticas de psiquiatría, psicología y medicina que se
siguen actualmente para el diagnóstico y tratamiento de las personas que se
sienten confundidas con o rechazan su condición humana y género natural, están
haciendo más daño que beneficio y están esencialmente equivocadas.
Estas teorías generan
alteraciones con consecuencias permanentes y nocivas para la salud de los
afectados y mutilaciones irreversibles en personas que ya están confundidas y
rechazan su anatomía y apariencia por carencias educacionales, alteraciones
conductuales o psíquicas, desorientación por falta de apoyo familiar, social o profesional
y sobre todo, confundidos por la hegemonía de teorías antinaturales y erróneas
sobre el sexo, el ser humano y su condición.
Los humanos somos animales
con un cerebro y una anatomía capaces de generar ideas y llevarlas a cabo,
ideas que nos han llevado a vivir en casas con calefacción y aire acondicionado
y a crear computadoras y medios de transportes para la tierra, el mar y el aire,
ideas que nos han llevado al espacio, pero seguimos siendo tan animales como un
mono o un gato y somos mujeres u hombres por norma y nos reproducimos para
mantener la especie.
No somos esos
animales, generalmente invertebrados, que cuando no tienen pareja, de forma natural se convierten en ambos
sexos o en el sexo opuesto para poder reproducirse y mantener la especie. Somos
animales más complejos y por lo tanto menos “flexibles”. Nuestros géneros son
dos, femenino y masculino y por eso surgen los términos mujer y hombre, incluso
en esos seres menos evolucionados que pueden convertirse al otro género, está
claro que el fin es la procreación y todo se resume a células sexuales
femeninas y masculinas apareándose.
La medicina
moderna está siendo secuestrada por falsas teorías que pasan por ciencia cuando
no son más que el producto de mentes torcidas, llenas de complejos que están
lastimando a cientos de personas de todas las edades, que ya sufren condiciones
que requieren atención y ayuda, pero no la quimera de una falsa teoría que les
reafirma en ilusiones absurdas y terminan mutilados y transformados permanentemente
para su mal.
Necesitamos científicos, psiquiatras, médicos, cirujanos valientes que no estén tras la búsqueda de fama abanderando locuras de moda o detrás de los substanciosos pagos que generan innecesarios tratamientos hormonales y complejas cirugías mutiladoras. Todas esas personas que no entienden o no les gusta su apariencia, todas esas personas tan profundamente traumatizadas o confundidas necesitan ayuda, una que no les lastime permanentemente, todas ellas necesitan que los proveedores de salud recuerden que "lo primero es no hacer daño" y q alcen la voz para condenar de una vez a todas esas falsas teorías que hablan de múltiples géneros y de que alguien es lo que se siente o quiere ser y no lo que realmente es por naturaleza.
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