Sobre la evolutiva mediocridad del arte (III de III)

                             Rico Mambo, P. Prado, música cubana en los años 50.

Música cubana 1era década del siglo XXI. De verdad me resisto a escribir el nombre del intento, engendro de cantante y de lo que algunos llaman canción. Sé que es de alguna manera popular y me da pena, mucha tristeza ver como el facilismo y la mediocridad son mayoría y a la misma vez, sé que es lo que mantiene el equilibrio.

Black Metal, de Porno Para Ricardo, una canción que de alguna manera toca uno de los temas de estas entradas. Parece que los PPR han envejecido y los códigos Emos y Góticos ya son infantiles para ellos.

Charanga Habanera, 2012, muy lejos de la calidad y talento de Perez Prado, Benny Moré o, para no llevarlos tan recio, de Adalberto Álvarez.

Cuando me aburro del arte que siempre me ha gustado, busco cosas nuevas, cuando no encuentro algo que me complazca prefiero hacerlo yo mismo para mi propio disfrute, porque lo que la actualidad me ofrece no es suficiente. El arte se confunde con el entretenimiento, como la chusmería con valentía, cuando no es nada más que una expresión de estupidez y miedo a lo desconocido y a la superioridad de su contraparte. Sí, como me escuchan, la chusmería en mi opinión, denota un ser inferior, que no es capaz de comprender el mundo ni de mejorarse a sí mismo, un ser que no sabe cómo vivir, cómo enfrentarse a los problemas que todos tenemos constantemente y reacciona con ferocidad y egoismo. Y toda esta gentuza cantando violencia y groserías son la expresión folclórica desajustada y deformada de todo eso que ni siquiera tiene un valor, artísticamente hablando, porque serán olvidados en una década o en dos, y en cien años, seguro seguro, nadie hablará de ellos. Quizás me llamen elitista, no me importa. Debíamos trabajar porque prime lo bueno y no lo malo. Porque el desarrollo de una nación, de un pueblo, empieza por sus individuos y es la base de un futuro mejor.