Una rápida reflexión a raíz de los atentados perpetrados en París el 13 de noviembre de 2015

 Los valores de libertad y respeto a todas las creencias y tendencias no prevalecerán si se siguen respetando creencias malsanas, nocivas para la misma subsistencia de la democracia. 

 A nadie le tembló la mano para convertir en ilegal y condenar para siempre a la ideología nazi cuando terminada la Segunda Guerra Mundial, las atrocidades cometidas por estos fanáticos absurdos y delincuenciales, fueron conocidas por toda la humanidad. 

 A existido un acuerdo a veces tácito y a veces no en la mayoría de las sociedades lógicas de disminuir o eliminar las influencias de la iglesia en las leyes que las rigen; no tener el derecho a terminar una unión matrimonial cuando el amor desaparece y los cónyuges no se soportan es un absurdo impensable en la mayoría de los ciudadanos occidentales. 

 ¿Por qué entonces estas mismas sociedades se doblegan ante los requerimientos y costumbres islámicas, ajenas a la cultura y el desarrollo social de occidente? 

 Los valores de libertad y respeto a todas las creencias saludables y que no representan un peligro a la democracia no prevalecerán si se siguen permitiendo ideologías que de por sí representan una amenaza a los cimientos de esa misma democracia.