Historia de un secuestro
En la madrugada del 18 de Marzo fui secuestrada junto a Aimé Cabrales Aguilar en la esquina de la calzada de Infanta y Santo Tomás a escasos metros de mi vivienda y en plena vía pública por un una guagua con chapa de turismo en la que venían mujeres uniformadas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y dos autos Geely con chapa particular con agentes de la Seguridad del Estado que vestían ropa civil, fácil de identificar por sus rostros crueles y sus cuerpos de personas bien alimentadas.A las cuatros de la madrugada y luego de un forcejeo entre esas mujeres y nosotras pues nos atacaron como si se tratara de dos mujeres altamente peligrosas nos llevaron en el Geely hacia la Cuarta Unidad del Cerro, en Infanta y Amenidad, allí nos entraron por la parte trasera y nos ubicaron en habitaciones distintas. En segundos apareció un individuo que ni me percaté de los grados que tenía pues tuvimos un pequeño altercado e inmediatamente me despojó de mi teléfono móvil y me sacó del lugar, montándome en un carro patrullero y escoltado con una mujer de la policía, uniformada que en sus manos portaba mi teléfono y un acta de detención que decía “Contrarrevolucionaria” claro no así como lo acabo de escribir sino de este forma Contra revolucionaria, calificativo que utilizan a diario y que no aprenden a escribir.
Iniciaron un largo recorrido hasta llegar a la unidad de Santa Fe donde fui rechazada por los oficiales de guardia cuando le mostraron el acta, en cuestiones de minutos resolvieron que me trasladaran a la estación de 7ma y 62 en el municipio Playa más conocida por la Quinta, allí fui directamente a los calabozos donde me hicieron una exhaustiva requisa, tuve que dejar mi cartera con mis pertenencias incluyendo mis prendas.
Un oficial de la PNR de instrucción penal a cierta distancia me comunica que me tengo que cambiar de ropa y se acerca con un uniforme gris y numeración en blanco , mis palabras solo fueron, cuando venga el de la CIM dígale que se la ponga el, entonces me percate de cómo los rostros de cada uno comenzaron a cambiar y su respuesta solo fue “no, tranquila” allí me indicaron la celda 7 donde permanecí desde las 6:30 am del 18 de marzo hasta 10:00pm del 19 sin ingerir agua ni alimentos como protesta por la arbitrariedad de tal detención. Total fueron 42 horas...
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